lunes, 21 de junio de 2010

PARA LOS EMIGRANTES QUE UN DIA SE FUERON DE OBEJO

Amigos emigrantes, como tantos un día salí de mi tierra Andalucía para ser forastera en otro lugar.
Me hubiese gustado seguir por la senda del trabajo que en esta tierra de Córdoba realizaba, pero la vida se me torció, como a muchas de nosotras, mas que “se me torció” nació torcida y tuve que coger el camino de otras tierras y elegir un trabajo. Era complicado, había lo que los nativos no querían, pero no me arrepiento, como no me arrepiento de ser andaluza.

Amigos emigrante en este pueblo pequeño siempre hay quien os recuerda, siempre decimos. “si fulanito nació aquí en Obejo, hijo de… y de…. Te acuerdas, se fueron a….” esto es muy fácil escucharlo en una conversación, pienso como hacer un homenaje a tantos y tantos que estáis fuera de vuestra tierra.
Desde la Asociación de Mujeres de OBEJO un cordial saludo y siempre un abrazo con todo nuestro cariño.

Siempre hay un mañana
y un ayer.
Siempre una despedida
y un volver.
Y es la misma historia
que a menudo se repite
de querer volver.

Vuelven las estaciones del año
y con ellas su acontecer;
vuelve el huerto a florecer,
el fruto a crecer y las hojas a caer.
Y..en un atardecer encendido,
regresan las aves a su nido,
a dar calor y abrigo,
y a sus polluelos proteger.

Y nosotros: para bien, o para mal,
siempre queremos volver,
adonde quedó enterrado
el cordón umbilical.

Y qué sucede cuando volvemos al sitio anhelado?

Entonces nos damos cuenta,
que la mente nos ha traicionado;
que nada es lo mismo,
que todo ha cambiado;
que aquel ambiente
antes nuestro y alagüeño,
ahora es ajeno, tiene otro dueño.
Que ya no existe aquel humilde hogar
donde un dia todo fuera: luz y alegria,
y hoy, aquel paraje triste,
solo semeja una tumba fria.

Entonces nuestros ojos entristecen,
al ver el solar valdío
donde triste canta un grillo,
y unas hierbas crecen.

Y qué nos queda entonces?

Solamente volver de nuevo,
al exilio voluntario,
a voltear las hojas del calendario,
y a esperar:que una fria mañana,
o- un lluvioso atardecer,
tengamos que emprender
-el viaje del no volver-

Amigo mio, la vida es un laberinto:
es sueño, es ilusión y es misterio.